Según nos dice la literatura, la salud de un ecosistema, se puede medir, por el tipo de aves que se reproducen en el mismo y el número de reproductores. Además, al momento de registrar conductas reproductivas en aves, se debe observar, incluyendo el cambio de plumaje en algunas especies, otros aspectos que solo se presentan en esta época: búsqueda, captura y acarreo de alimento, exceso de agresiones entre la misma especie y contra otras especies, grupos familiares (mas de dos aves volando o posados) acarreo de material, vocalizaciones frecuentes (cantos), entre otras conductas.
Por lo tanto, hoy en la mañana, en el parque Irekua, nos dimos a la tarea, de registrar conductas reproductivas de algunas especies de aves. Todo lo anterior, con el propósito de seguir monitoreando el impacto generado a partir del tremendo cambio sufrido en la administración pasada.
El primer caso fue el de la paloma huilota (Zenaida macroura) que ya la habíamos visto bien coloreteada con su plumaje reproductivo.
Y al parecer es una de las adelantadas en la anidación, ya que vimos algunos volantones, lo cuales contrastan su plumaje gris con el colorido plumaje de los adultos y su conducta, que se puede observar mas nerviosa e insegura.
El carpintero cheje (Melanerpes aurifrons) normalmente, se ve en pareja buscando alimento en la corteza de árboles.
Otro interesante detalle que encontramos, es que no todas las parejas de carpintero cheje, comienzan al mismo tiempo la reproducción, ya que mientras algunos ya alimentan volantones fuera del nido (como el que se aprecia en la foto de abajo)...
otros, aún lo estan llevando, como este macho, que ilustramos su llegada al nido con insectos en el pico.
El mirlo dorso rufo (Turdus rufopalliatus) es una de mis aves favoritas, ya que es endémico de México, tiene canto melodioso, es una ave muy adaptable y resuelve rápido sus problemas de alimentación y anidación. Hoy, no nos quedó mal. aquí vemos un adulto, recogiendo material para el mantenimiento del nido,
y también vimos adultos agrediéndose por territorio...
y buscando alimento para la progenie, como es omnívoro, gusta de insectos, aunque sean pequeños, como el que lleva el adulto de la foto de abajo
o frutos, como los de las palmeras, que se encuentran a un lado de la pista, por las canchas de basquet- ball.
Respecto a esta especie nos quedó la duda, si los volantones de la foto de abajo, que descansaban entre el dosel de unos árboles, al fondo del parque, allá por el lienzo charro...
podían ser de esta especie, debido a que guardan mucha semejanza, en el tamaño y la forma de pico, con este hermoso adulto (que se dejó querer) ya que, no hay en el parque, aves con estas características.
En ocasiones, pueden vocalizar y llamar a sus padres, para que los ubiquen rápidamente, pero puede resultar peligroso, debido a que los depredadores y otros competidores, los pueden matar.
Mientras tanto, cada vez que llegan los adultos, hacen una alharaca tremenda, para que los alimenten. En esta ocasión nos falló el ángulo y no pudimos captar el momento.
Esta foto me gustó mucho, porque parece que el pollo piensa ¡´uta, como se tardan mis jefes y yo con esta hambre!
Otra conducta al inicio, durante la eclosión de los huevos, en etapa de volantón y en etapa posreproductiva, es que los adultos pueden permanecer muy unidos. Esto lo observamos en los toqui pardo (Melozone fusca). La pareja siempre se sigue, aunque por separado busquen alimento y estén siempre alerta.
Con asombro y preocupación vimos que las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus), ya tienen dos grandes nidos en los linderos del campo de futbol de la escuela preparatoria de Irapuato. Esperemos que no crezca esta colonia, como animales exóticos, estas aves son muy agresivas con las cotorras locales y con otras aves, siempre terminan ahuyentándolas a otros lugares.
Otras especies, de las cuales ya tenemos registrada su reproducción en Irekua son:
el bolsero de Wagler (Icterus wagleri)
Aquí lo vemos manchado de polen, mismo que se encarga de dispersar, al momento de libar el néctar de algunas flores.
El tirano gritón (Tyrannus vociferans) lo vimos en grupos familiares, de mas de dos individuos, conducta rara en ellos, ya que son muy territorialistas.
Otro competidor y potencial parásito de calandrias, es el tordo ojo rojo (Molothrus aeneus) que lo vimos cortejar com hembras, mismas que posteriormente, destruirán los huevos del hospedero y pone los suyos.
A los que vimos en parvadas de hasta 6 aves, fue el pinzón mexicano (Haemorhous mexicanus), como este macho que se alimenta de semilas de pino, tiradas en el piso, en los jardines cercanos al IMSS.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES.
* La mayor frecuencia de conductas reproductivas de acarreo de material o alimento, en aves anidantes en el parque, se observó en la zona del dosel o copa de los árboles, por lo que parece, que la altura de los árboles remanentes, es un factor relevante para las aves en su reproducción.
* Los gatos son una potencial amenaza, para las aves que se alimentan o buscan alimento en el piso, así como para los volantones, que esperan a baja altura o en el piso, la asistencia de los adultos
* Debido al crecimiento de la ciudad, el parque Irekua, ha quedado casi en el centro de la ciudad...
a manera de una isla ecológica, ya que se encuentra rodeado, por todos lados, de tráfico y colonias con alta densidad poblacional. Lo que expone a la contaminación ambiental de aire, agua y suelo, a las aves anidantes en este ecosistema urbano.
* Entonces, con todos estos aspectos a considerar, resaltando la visita de las aves migratorias que se alimentan y descansan también en el parque. Se debe planear un sistema de monitoreo que:
+ registre el control de la fauna potencialmente peligrosa para las aves anidantes en el parque
+ detecte la presencia de metales pesados en el organismo de las aves residentes en el parque. Debido a que, si las aves presentan metales pesados en su cuerpo, es seguro, que la población alrededor del parque, también los presenten.
NOTA BENE.
- Se contabilizaron aproximadamente 166 aves, pertencientes a 21 especies, de las cuales mas del 50 % (12 especies) se reproducen en el parque.
- Se registró la especie número 40 en el parque, que en esta ocasión fue el colibrí corona violeta (Amazilia violiceps)
NOTA FINAL:
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